domingo, 1 de octubre de 2023

Mi Primer Amor

Cuando tenía ocho años, me enamoré por primera vez. Ella se llamaba Leonor, y tenía dos años más que yo. Casi todos los días jugábamos ludo o damas en mi casa, y así, disimuladamente, podía rozar sus suaves dedos. Nunca tuvimos sexo, obviamente, dado que Ella no despertaba mis bajos instintos (creo que aún no los tenía), sino, mis altos instintos.

 Yo la amaba para siempre. En una oportunidad, me le declaré tartamudeando, justo en el preciso momento en que pasaba un maldito camión ruidoso…y casi estoy seguro de que a pesar de la bulla me escuchó, pero lo disimuló.

Conversábamos bastante, y mientras Ella hablaba, yo miraba fijamente sus ojos, y todo lo que estaba alrededor se nublaba…… y me daba como un calambre en el corazón. No entendía mucho lo que me pasaba, pero parecía una preciosa enfermedad, que indudablemente Ella me la había contagiado.

En la cuadra, los amigos me fastidiaban, y me gritaban que mi novia era Leonor, y yo me hacía el que me molestaba, pero quería que gritaran más fuerte para que todos se enteren…. de que así era.

Cuando habían reuniones en mi casa, Ella venía, y me acompañaba hasta la madrugada, cuando todos los adultos estaban borrachos….. y nosotros también tomábamos clandestinamente algunos cocteles.

Ella era todo para mí. Ya no me interesaba tener más amigos, y dejaba a un lado a mis primos….

Recuerdo que una prima – Adita- estaba llorando escuchando canciones tristes, y le pregunté porqué lloraba si nadie le había pegado, y me dijo que era EL AMOR, y que no lo iba a entender, sino hasta que fuera un poco más grande….. Lo que no sabía Adita era que yo ya lo entendía porque también había llorado sin que ninguna parte de mi cuerpo me duela, sólo pensando en Leonor.

Un día de Febrero, que desperté como siempre con ganas de verla, noté algo raro en mi casa. Las ventanas estaban cerradas, y cuando quise abrirlas, mi madre lo impidió. La puerta estaba con llave y tampoco podía salir. Le pregunté a mi mamá porqué lo hacía, y no me respondió….. y todo me parecía absurdo. Entonces, lo que hice fue subirme al techo de mi casa para poder ver qué pasaba en la calle, quizás había un espectáculo para adultos o algo así, que mi madre no quería que viera.

Lo que ví lo recuerdo nítidamente: había bastante gente y un cajón blanco. Un amigo de la cuadra me vió en el techo y me gritó: ¡Leonor murió!.

…………. Me quedé sentado, desde mi techo, viendo pasar el cortejo fúnebre, y a Leonor. Sólo atiné a despedirme de Ella con un gesto con la mano….. Aunque mi amada había muerto, yo la seguía amando…. Y es en ese momento que comprendí que el amor traspasa todo, hasta la muerte.

Hasta hoy recuerdo sus ojos….. y cada vez que veo unos ojos bellos, me da un no sé qué de dicha y miedo…..




No hay comentarios: