Telekinesis
Eramos
16 ingenieros que luego de haber pasado una serie de pruebas psicotécnicas,
psicológicas, de conocimientos, y exámenes médicos… ingresamos al Plan de
Extensión Profesional para Ingenieros Hierro Perú (Ahora convertida en Shogan),
en Marcona. Nos
acomodaron (hacinaron) en una casa grande (en Playa Hermosa), que algunos la llamábamos
ghetto, y lo que pasaba allí era lo más parecido a un reality show moderno…Cada
uno era lo que parecía ser, pero de tanto convivir en el ghetto, aprendimos a
conocernos lo suficiente como para saber cómo éramos en realidad.
De
lunes a sábado, luego de la mina, tomábamos unas chelas (en una cantina marconiana
de buena muerte) para que el polvillo acumulado en la faringe y esófago,
resbalara hasta el estómago…
Ya
en el ghetto, charlábamos, lavábamos, planchábamos, estudiábamos… y al caer la
noche nos “escapábamos” con el fin de encontrar diversión en el club, o en el
pueblo.
Una
noche nos pusimos a conversar sobre la telekinesis, y cuestionábamos la
veracidad de los poderes del israelí Uri Geller, que doblaba cucharas con el
poder de su mente… algunos decían que era una aplicación sutil de la física
cuántica, y otros que solamente era una gran cortina de humo…
La
noche siguiente todos – bueno, casi todos – se fueron a una fiesta organizada
por las profesoras de la localidad…. Estaba claro que ese tono no era para
nerds, por lo que decidí quedarme a lavar mi ropa, junto a mi pata Tito, que se
puso a estudiar. Nos encontrábamos en la cocina, rajando envidiosamente (suave
nomás) de los play boys del grupo y de los presuntos poderes mentales de Uri
Geller … y en eso, suena el timbre de la casa. Tito se dirige a la puerta principal
de la casa para abrir, pero no había nadie, y vuelve a la cocina…e
inmediatamente de nuevo suena el timbre, y otra vez sale Tito, y ¡nada!... este
proceso se repitió por cuatro veces.. A la quinta vez voy yo, y tampoco
encontré a nadie, y me descomputé un poquito… retorno a la cocina donde estaba
Tito leyendo, pero bastante confundido por el extraño suceso… Entonces, decidí
bromear y le dije a Tito que en realidad Yo era el que estaba haciendo sonar el
timbre, a lo Uri Geller, pues tenía poderes sobrenaturales desde chiquito…. Y se
ríe….”Ah!, no crees?”, le dije, y él me indica “No jodas pe wón ! … esa huevada
no existe!!”, y recalca que más parecía una escena de cámara escondida …le
contesto que contara hasta tres y sonaría el timbre, pero no quiso seguirme la
corriente, por lo que yo mismo conté hasta tres (para acabar la broma)… y SONO
ELTIMBRE!!!... Tito queda perplejo, y tartamudeando manifiesta que eso sólo se
trataba de una coincidencia, o que pudo haber sido un falso contacto eléctrico,
el viento, los rayos, un bromista escondido… pero le aposté a que de nuevo iba
a hacer sonar el timbre, y aceptó la apuesta (S/. 10.00)…. y…. RIIIIINGGGG!!!!!…..ta
que yo también me asusté, pero lo disimulé (un telekinésico no se debe asustar
de sus poderes mentales, debe actuar con naturalidad)…
Fue
allí donde me di cuenta de esa facultad que tenía y que recién se manifestaba
fuera del hogar, en condiciones extremas y de angustia existencial … en la
cocina del ghetto, mientras exprimía mi ropa en el lavadero, empecé a recordar
aquellos días en que adivinaba el número que mis hermanos pensaban y apuntaban
en un papel…
“Alberto,
desde cuándo haces eso?”, me pregunta Tito, y yo le dije que desde que era niño….
Y él me dice “¿Te imaginas lo famoso que puedes ser?”, y le respondo que no era
para tanto…. “Y puedes mover objetos también?”… y yo presumiendo le contesté
que sí. “A ver, hazlo!!”, me dijo…. Yo me concentro y dirijo mi mirada hacia la
puerta, y suena fuerte, como si una piedra hubiera entrado a la cocina y
hubiera impactado en la puerta de madera….Tito estaba recontra palteado y
temeroso… y me sigue retando: “A ver ahora mueve otra cosa”…. Y justo en ese
momento salta una botella de gaseosa y cae estrepitosamente al lado de los
vasos que estaban encima de la mesa …
Tito
dijo que le iba a decir a la Directora de Recursos Humanos y al Superintendente
de la Mina de mis poderes, pero yo le dije que guardara ese secreto.
Al
día siguiente, Tito me seguía a todas partes, en la Mina, pues quería “aprender”
a practicar la telekinesis también.
Mientras
tanto, llamé a mi flaca desde las cabinas de Entel, para contarle el raro
suceso, y mis extraños poderes…. Pero se rió.
En
la noche, reunidos todos en el comedor del Club, Tito no pudo guardar el
secreto y pude adivinar que estaba contándoles a sus acompañantes en la mesa
todo lo que había sucedido la noche anterior en la cocina del ghetto…. Yo lo
miraba, mismo Clark Kent, desde mi mesa, y con la mirada lo amenacé… y se
horrorizó.
Antes
de irme a dormir, por más que me concentraba no movía ni la ceniza de mi
cigarro…a menos que la soplara.
Tito
seguía inquieto, y otros patas más me miraban de reojo y se reían…
Pasaron
tres días más y yo seguía muy entusiasmado con mis facultades sobrenaturales, que
aunque ya no se manifestaban, no me dejaban dormir.
La
cuarta noche, comienzo a recorrer el ghetto por la parte de atrás y noté que
tenía una puerta falsa externa en donde también había un timbre… al tocarlo,
salió Tito por la puerta principal (pude verlo a través de un rincón de la
ventana que daba a la cocina…) y al no ver a nadie gritó: “Ya pe Alberto, no
jodas!!”, o si no le cuento a la directora de tus poderes”….
Y
justo en ese momento, por la parte trasera de la casa donde estaba la puerta
falsa, se acercan tres patas del Plan de Extensión y me lo cuentan todo…
“Tito
se la creyó, y creo que también tú, no?”, me dijo Iván…continuó: “La noche en
que ustedes estaban en la cocina, nosotros nos acercamos por acá y escuchamos
que estaban hablando de esa cojudez de la telekinesis, así que decidimos
hacerle una broma a Tito, tocando el timbre a cada rato….cuando dijiste que tú hacías
sonar el timbre con tus poderes telekinésicos, creíamos que te habías dado
cuenta y te seguimos la corriente, tirando piedritas cada vez que Tito te
retaba”.
Me
quedé atónito…. Mis poderes se desvanecían sin piedad!!!.... Adiós a la esperanza
de ser famoso como Uri Geller, y representar a mi patria!!!...
Tremendamente
avergonzado, les dije a los bromistas que no le contaran nada a Tito, para que
siga él por lo menos con la idea de que la telekinesis sí existe…