Estaba ya cursando los últimos ciclos de ingeniería mecánica eléctrica en la UNI (en los ochenta), y se me presenta la oportunidad de hacer unas prácticas pre profesionales en una renombrada empresa transnacional. Mi emoción fue infinita cuando me dijeron que ingrese a laborar la siguiente semana…aunque no iba a asistir a las clases de algunos cursos, pero la madrugada era tranquila para estudiar.
Ya me había entrevistado con el
Gerente de Mantenimiento, quien me dio algunas pautas para desempeñar mi
importante cargo que incluía las siguientes funciones: actualización de planos,
actualización del inventario físico, coordinaciones con el personal de planta y
Logística para la reposición del stock de repuestos y materiales, clonación de
documentos (sacar copias…), etc.
El primer día de trabajo fue
intenso: levantarme a las 5:30 a.m., acostarme unos diez minutitos más sin
dormirme, volverme a levantar, afeitarme, bañarme, y pre desayunar… para estar
a las 6:45 a.m. en el paradero de la movilidad a unas seis cuadras de mi casa.
En el trayecto me imaginaba ya ocupando un cargo trascendental que le diera
sentido a mi vida en esa majestuosa empresa… Estaba con hambre, ansioso por
probar el exquisito desayuno de la transnacional, pero tuve que hacer algunos
trámites previos en la oficina de RRHH.
Ya en la oficina de Ingeniería,
no sabía por dónde empezar, y mi jefe aún no llegaba, así que me puse a leer
catálogos técnicos y avanzando mi monografía del curso de Máquinas Térmicas que
tenía que presentarla el viernes… Cuando llega mi jefe, me dijo que vaya
leyendo unos procedimientos y manuales… así me la pasé toda la mañana de ese
día.
Llegó la hora del almuerzo, y
como ya tenía mi fotocheck, me autorizaron el ingreso al comedor, hice mi cola,
y, oh! Sorpresa! , de entrada había cebiche, y de segundo, arroz con pollo, y
durazno en miel de postre, y hasta una Coca Cola helada!....con esos manjares
en mi azafate, avancé perpendicularmente a la barra, y como una suricata parada,
comienzo a observar alrededor buscando un sitio en donde sentarme para
almorzar, y diviso unas mesas elegantes con mantel, y me dirijo a ellas….selecciono
una mesa pegada a la pared para no hacer roche, y pongo mi azafate en ella, y
comienzo a colocar los platos encima del mantel blanquito…y en ese momento, se
me acerca un mozo y me indica que estaba en la sección de “funcionarios”… y me
dijo que me vaya a la “otra” sección….ta que, me revelé…le dije que no me
movería de esa mesa… y me senté recontra asado, y almorcé de manera automática,
sin saborear… Se me hizo un nudo en el estómago, pero más grande era el nudo
que tenía en la garganta…es más, se me hicieron varios nudos (reacción alérgica
a los roches) en diferentes partes del cuerpo…ya parecía un quipu.
Entendí en ese momento que a
pesar de la calidad de la comida, la excelente y moderna infraestructura y mobiliario,
había algo que no adornaba el ambiente.
Bueno, esas políticas de la
empresa no impidieron que siguiera con mis prácticas… al cabo de mi primer mes,
recibí mi primer sueldo en un sobre, como se acostumbraba entregar en esos
tiempos… No lo abrí en la oficina, me fui al baño para hacerlo (abrir el sobre),
y pude oler los billetes, y los aspiré … Era la primera vez que recibía tanto
dinero junto (antes de ese día sólo recibía algunos billetitos enseñando
matemáticas)… Pero no pude olvidar esas mesas bonitas con mantel blanco en el
comedor de la empresa… hasta se me antojó comprar manteles blancos para las
mesas largas.