Me viene a la memoria un evento que sucedió luego de la fiesta de aniversario de la empresa en donde laboraba. La fiesta era como un concurso de disfraces, y cada área se esforzaba en mostrar los mejores, con la temática propuesta en la oportunidad.
Recuerdo que en aquella ocasión nos
había tocado un tipo de disfraz difícil: Superhéroes, pues demandaba una transformación
integral del rostro y de la vestimenta.
Resulta que dos de mis compañeros
la rompieron, pues uno se disfrazó del Capitán América (con escudo y todo) y
otro de Batman, ambos con mallas pegaditas tipo “leggins”. Yo decidí ser “El
zorro” nomás, pues el disfraz era más ecuánime (una mascarita de tres soles…) y
no requería mucha transformación (el pantalón negro con el que fui, fue
simplemente con el que me quedé…). No era que no le ponía pasión al tema, lo
que pasaba era que el roche era más poderoso en ese momento…
Nos encontramos con mis patas en
la oficina, dos horas antes del evento, con las mochilas llenas de adminículos
extraños y coloridos, alusivos a los superhéroes… Empezó la transformación. En
realidad, mi disfraz era simple: una capa, una máscara sencilla y un sombrero.
Mi pantalón y camisa eran de color negro, y no llamaban la atención mientras no
me ponía lo demás…
Mis dos compañeros, el Capitán
América y Batman, decidieron ir conmigo en mi auto al tono, considerando que yo
al retorno podía manejar sin problemas pues no bebía alcohol, y podía salir de
la reunión, ecuánime y sobrio rumbo a casa…
Sus mochilas ahora estaban llenas
de ropa “normal”, y las guardaron en la maletera de mi auto.
Ya en el tono, y luego de la
ceremonia de aniversario y la actuación espectacular de los altos funcionarios
de la empresa, empezó la música y los mozos comenzaron a repartir las bebidas…
Comenzamos a buscar parejas para bailar…. Y estuvimos divirtiéndonos de lo
lindo….bailando, cantando, bromeando… aunque yo no tomaba.
Alrededor de la una y media de la
mañana me invade un sentimiento de culpa por haber dejado a mi flaca en casa, y
presa de una infinita nostalgia, me la imagino sola sin mí y triste, y para
remate, mi celular ya estaba sin carga después de tantas fotos... Por lo que
decidí retornar a casa, sin avisar a nadie.
Ya en casa, mi flaca estaba
durmiendo, y sin hacer bulla, me dirijo a la cocina a prepararme un sándwich de
queso, pero ella baja somnolienta y me lo calienta y me dice que por qué había
llegado tan temprano, y le dije que estaba aburrido (debí decirle que la
extrañaba) ….
Nos pusimos a conversar hasta que
a las dos y media de la madrugada nos llaman unos vecinos del barrio indicando
que había unos sospechosos merodeando el barrio, ante lo cual me alegré de
haber decidido llegar temprano… Al toque llamé a Serenazgo, pero antes, mi
flaca llama a otros vecinos para
advertirles que unos facinerosos trataban de asaltarnos.
Suena el timbre de mi casa, y muy
asustado me asomo por la ventana y grande fue mi sorpresa al ver al Capitán
América y a Batman, muy molestos (ni en las series cuando se enfrentaban a
malévolos adversarios los había visto tan asados a estos superhéroes…).
Tuve que disculparme ante los
agentes del Serenazgo, explicándoles que mis compañeros de trabajo sólo venían
a recoger su vestimenta “normal”.
Mis patas deben haber sentido
mucho frío con esos “leggins”.
